Tradición y vanguardia: la historia viva de marmolería Luis Nicolini

“Represento a la marmolería Nicolini, de Luis Nicolini, que es mi papá, el actual dueño de la empresa”, cuenta Juan, destacando el legado familiar que perdura desde hace más de 75 años. A lo largo de las décadas, el rubro cambió sustancialmente: “En un momento el fuerte era el arte funerario y ese tipo de cosas, revestimientos… y hoy son más que nada cocinas y baños”.

Actualmente, la marmolería combina esa herencia artesanal con tecnología de punta. Desde hace dos años, incorporaron sistemas de medición con láser y maquinaria de corte automatizado. “Eso te garantiza que la toma de medida es exacta, una copia fiel de lo que está en la obra”, explica Juan. “El producto final es la copia fiel del lugar donde se va a instalar”.

Esa innovación, lejos de representar una barrera para quienes llevan décadas en el oficio, fue adoptada con naturalidad por Luis: “Mi papá tiene 65 años y midió toda su vida con lápiz, papel, ruleta… se adaptó rapidísimo. Hoy lo maneja como si fuera un nativo digital”, destaca su hijo con orgullo.

La planta de producción se encuentra en el Parque Industrial de San Francisco desde hace ocho años, mientras que el local comercial está en Belisario Roldán 276, donde antiguamente funcionaba la sede original de la marmolería. Allí también tienen la oficina administrativa.

“El objetivo ahora es transformar este salón en un showroom más grande, para que el cliente pueda ver mejor lo que va a comprar”, señala Juan. Esto responde a una de las principales dificultades del rubro: “Como es piedra natural, depende de dónde se tome la muestra cambia mucho el color, el dibujo… por eso apuntamos a mostrar chapas completas”.

Más allá del avance tecnológico y los cambios del mercado, lo que no se pierde es la esencia del trabajo familiar y barrial. “Somos del barrio. A una cuadra vive mi tía, a otra mi abuela. Todo va pasando de una forma conocida, amena”, dice Juan. “Estoy muy contento de trabajar con mi familia. Es una satisfacción”.

Y cierra con un mensaje a los clientes y al equipo que los acompaña día a día: “Agradecimiento a todos los que confían en nosotros. A veces esto es muy artesanal, entonces los tiempos se demoran. Pero estoy muy orgulloso de la gente que trabaja con nosotros, de su capacidad para enfrentar desafíos y de no quedarse con lo de siempre, sino avanzar”.